Namasté hamro satiharu!
Empezamos la semana fuerte, firmando el contrato final de Amit por parte de Agragaami e improvisando una reunión con ellos para hablar un poco del proyecto y de las impresiones obtenidas hasta ahora.
Desde Barcelona nos enviaron planos con la cimentación cambiada y los planos que necesitábamos para la instalación sanitaria. Seguimos preguntando por excavadoras que no vienen, preocupados por la duración. Lo comentamos con Amit y nos dijo que en la reunión improvisada con Agragaami habló con un contratista privado que estaría dispuesto a ayudarnos, que no nos lo había dicho antes porque quería darnos una sorpresa. Nos animamos moderadamente ya que no queríamos llevarnos más “palos”. En cuanto a los beneficiarios, tuvimos suerte. Niranjan vino con su hermano Milan para trabajar con nosotros en la obra.
En el terreno, debido a los escombros acumulados en los laterales, decidimos despejarlo para que no se derrumbase la zanja. Por la tarde nos asaltó una muestra tempranera de monzón. Por suerte, nosotros estábamos comiendo. No hubo tanta suerte para los que estaban en la obra que acabaron empapados mientras corrían de vuelta.
Jueves seguimos con el trabajo para despejar el perímetro de la zanja. Tuvimos más suerte y se nos añadió otro beneficiario para aprender, familiar de Niranjan. Por la tarde tuvimos sesión intensiva de Skype con las coordinadoras Monica y Berta.
Para el viernes esperábamos la excavadora, que el día anterior nos habían confirmado, entre las 9 y las 12 del día siguiente. Dormíamos a pierna suelta cuando de repente el teléfono nos despertó a las 6.30 de la mañana. Era Amit, decía que la excavadora iba a llegar de un momento a otro. Con las legañas en los ojos y el cuerpo frío nos dirigimos a Balmandir para pedir ayuda como traductor a Krishna, director del centro. Al llegar no vimos ninguna excavadora, llamamos y nos dijeron que tardaría 1 hora. Fuimos a desayunar y apenas terminamos ya nos estaban llamando con prisas.
Les explicamos cómo queríamos que realizasen el vaciado del terreno, aunque a veces parecía que hacían lo que querían. Mirad si tuvimos mala suerte que apenas pasados 30 minutos, se pinchó la rueda de la excavadora y tuvimos que ir al pueblo a repararla, pero después del susto pudimos proseguir con el trabajo. Tardaron 3 horas y media y el terreno acabó irreconocible. Eso sí, en ese tiempo hizo más la máquina que nosotros en más de 1 mes, aunque justo al acabar se quedó sin gasolina.
Se avecina mucho más trabajo después de acelerar la obra con la excavadora.
Pheri betaula!
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| Milan, Niranjan i Santosh |
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| Comencem per la fossa sèptica |
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| Roda punxada |
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| Extraient el pneumàtic |
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| Inflant la roda |
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| Cargolant la roda |
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| Acabant l'extracció de les terres |
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| Aconseguit! |
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