14.10.18

Acadèmia Dental a Missirah: 6ème et 7ème semaines au Sénegal!























Los planetas se alinearon.

El eclipse lunar absorbe toda pizca de luz y apenas se distinguen nuestros rostros mientras avanzamos balanceándonos sobre el mar tranquilo que nos rodea. 

Esta aparente tranquilidad se interrumpe con el “tiriteo” de nuestro cuerpo y el chasqueo de nuestros dientes al sentir la brisa marina sobre nuestra piel humedecida por el salpique del agua. El frío sumado a la insolación de aquel día de paseo a la isla de Sipó marcado por amistad, juego y bienestar, tendrán consecuencias sobre nuestras próximas semanas.

Mientras en la obra los muros se van terminando y empezamos a hormigonar los pilares, nuestro organismo al parecer ya bajo de defensas experimenta un inicio de catarro que iremos arrastrando hasta el día de hoy. 

La obra coge una tónica de trabajo muy monótona y específica que requiere de una labor en altura y de poco personal: armar, encofrar y hormigonar pilares y zunchos.

Visto nuestro estado de salud y nuestra poca posibilidad de intervenir en lo que se realiza en obra, nos situamos al margen para solucionar cuestiones que han quedado en el aire y empezamos a diseñar: 

1. El encuentro de las cerchas con los pilares, buscando un punto intermedio entre la solución que pensamos adecuada y la tecnología local. Poco podemos negociar con Sow que está abierto a nuevas propuestas a nivel de proyecto, pero a muy pocos cambios en cuanto a métodos de construcción. 

2. La cocina exterior para el futuro uso de los voluntarios que vendrán a trabajar a la clínica. 

3. El espacio de acceso para personas de movilidad reducida, donde el nuevo diseño procura solucionar varios aspectos. Pensando en un futuro desarrollo de la vía principal de Missirah, la rampa de acceso llega a una cota superior a la del suelo actual. Por lo tanto, la propuesta eleva la cota de la calle hasta la cota de la rampa facilitando el acceso. Además, justo delante de la entrada se encuentran las fosas sépticas pidiendo ya de por sí una intervención. La necesidad de conectar las cotas mediante un hormigonando nos permite generar una nueva plaza de acceso y cubrir las fosas sépticas. Esta zona al no poderse usar como aparcamiento y tener poco carácter de acceso a un edificio público, lo convertimos en un espacio de recepción donde una vegetación perimetral, que genera sombra sobre un lugar de estancia, lo define. 

De mientras, las relajadas tardes se vuelven nuestro momento de curación, jugando a las cartas o al parchís y bebiendo aromáticas de plantas medicinales ofrecidas por la naturaleza local.

Empezamos a sentir el deseo de la llegada de las otras voluntarias para sumar fuerzas y que traigan una ola de entusiasmo y energía!