La noche ha caído, los tambores resuenan, ante la atenta y expectante mirada de la población de Toubakouta. Mujeres engalanadas nos rodean y entran a bailar al ritmo del tambor y nos invitan a movernos con ellas en esta ceremonia de canto, música y danza, en una explosión de naturaleza, sensualidad y expresión corporal. Las mujeres aprovechan para lucir sus mejores trajes.
Cansados de la intensa noche, nuevamente en obra para seguir con el entrenamiento físico. Los movimientos de tierra son nuestro día a día, ésta vez para hacer la cimentación de los muros interiores del edificio.
De repente, debido a nuestra tardanza matutina, al llegar a la obra nos encontramos con que el albañil ya había cavado la zanja para pasar las instalaciones de los equipos dentales y esperaba nuestro visto bueno. Sin tenerlo claro del todo consultamos con los técnicos de DSR y empezó una jornada ajetreada, de comunicación virtual en directo entre el albañil y el técnico de DSR a través de nosotros con cambios y decisiones improvisadas al momento.
Por fin, llegó Sow, un hombre con años de experiencia en el oficio, que supo manejar la situación y entender el concepto de lo que se requería. Todo el mundo se puso manos a la obra. El retraso nos obligó a trabajar en nuestro día libre.
Mientras Ferran esta en obra, Jenny se queda en cama superando su primer malestar debido probablemente a la condimentación y el picante en las comidas. Tras superar el pequeño desajuste, gracias a miel y una aromática de Ngun-ngun, buena para problemas de indigestión, nos refugiamos del intenso calor bajo el gran Fromager.
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